La importancia de sonreir para la salud

¡Sonríe!

“Sonríe, es terapia gratuita”
– Doug Horton

He aprendido que si cuando me siento bajo pongo una sonrisa, mi espíritu automáticamente se eleva. El cuerpo sabe que una sonrisa es sinónimo de felicidad. Saberlo no hace que siempre tenga ganas de hacerlo. Muchas veces, me he negado en redondo a levantarme el ánimo. ¿No es curioso como a veces el ego positivamente disfruta sintiéndose miserable? Explorar lo que sacamos de nuestros estados de ánimo malos puede ser revelador.

“Puede darse por hecho que cuando un hombre habla de sus desgracias es que hay algo en ellas que no le disgusta porque cuando no hay nada más que miseria pura y dura, tampoco hay ningún interés en recurrir a mencionarla.
— Samuel Johnson

-- Como te imaginarás, desde ese día, lo primero que hago después de desperezarme por la mañana, es sonreír. Y seguir sonriendo. Porque aunque no tengo dudas sobre lo que sostienen los taoístas, cuando sonrío, el mundo me parece un lugar infinitamente más hermoso. Solo por eso, ya merece la pena. Y además, como dice la cita de Doug Horton, es gratis.

Con los años también he descubierto que es un antídoto contra las “palabras eléctricas”, tanto las que tengo el impulso de decir, como esas que me hacen desear poder “desenchufar” los oídos para no oir. Las peores cosas que he dicho en mi vida, no las habría podido decir si un segundo antes de abrir la boca, hubiera puesto “la mueca de sonrisa”. Y las peores que oí, me habrían hecho mucho menos daño. Sonreir es incompatible con los “malos rollos”. Debería ser de práctica obligatoria.

¿Te imaginas subirte al autobús o al tren para ir a trabajar y encontrarte con un montón de caras sonrientes en vez del malhumor habitual? ¡Qué lujo! :-)

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